Cualquier manual o escuela de negocios que consultemos antes de lanzarnos a crear una empresa, nos dirá que lo más importante es confiar en nuestro proyecto, ir a por todas, con cabeza, pero sin miedo. Y es cierto que suele ser así: quien decide adentrarse en el camino de la emprendeduría no suele tener dudas sobre la bondad de su idea (ha surgido de una necesidad que él mismo tenía, ha constatado hablando con amigos que es una necesidad compartida, ha estudiado el mercado para confirmar que no está bien cubierta aún…). A veces, por su profesión, incluso puede empezar a desarrollar su proyecto con sus propios medios y conocimientos.
¿Podemos concluir entonces que en el entorno emprendedor no hay miedos? Sí los hay, pero suelen ser sobre cuestiones muy importantes, pero colaterales al hecho de convertirse en empresario. A muchos nuevos emprendedores lo que les aterroriza es, por ejemplo, llevar la contabilidad de su empresa; o emitir facturas por primera vez en su vida; o mantener el flujo de caja bajo control; o saber cuándo pueden acometer una inversión; o decidir qué sistemas de pago utilizarán con clientes y proveedores, etcétera. Y para facilitar todo eso, ha nacido Unnax.
Empresas FinTech: tecnología financiera al servicio del usuario
Las empresas FinTech (entre las que se encuadra Unnax) buscan desde su irrupción en el mercado utilizar la tecnología para ofrecer nuevas soluciones financieras, pensando en las necesidades de sus clientes y haciendo su día a día económico más sencillo. En el caso de Unnax (una plataforma BaaS, Banking as a Service), cubrimos distintos frentes: entre otros, medios de pago, datos financieros, herramientas de cálculo de riesgo y sistemas inteligentes de comprobación de identidad.
El objetivo de toda FinTech, y de forma muy clara el objetivo principal de Unnax, es dar facilidades a sus clientes para realizar gestiones financieras, así como ampliar sus opciones de elección: ya no solo tienen la banca tradicional para dar salida a sus necesidades en este campo. El uso de la tecnología más actual permite que el cliente no necesite cambiar su dinero de entidad, ni ser un experto en tecnología o finanzas para usar estas nuevas aplicaciones y productos; y lo puede hacer sin ver comprometida su seguridad. En el caso de Unnax, nuestra variedad de productos permite a los usuarios aspirar a gestionar sus finanzas de modo 100% online y automatizado.
Las finanzas de su negocio, más simples con Unnax BFM
Volvamos al emprendedor que mencionábamos al principio, el que se encontraba paralizado frente a una hoja de cálculo relativa a la economía de su empresa. Tenemos una solución también para él: Unnax BFM (Business Financial Management). Lo que hace BFM por sus clientes es poner en sus manos una herramienta, de fácil uso, que integra un conjunto de soluciones enfocadas a resolver sus principales dudas y necesidades contables y financieras. De este modo, el empresario puede poner más empeño en tareas de diseño, marketing y comercialización, entre otras. Contará con datos útiles y podrá interpretarlos (análisis financiero), conocerá su flujo de caja (cashflow) y tendrá bajo control las transacciones económicas.
Así, gracias a nuestra herramienta financiera accederá a información –confiable y en tiempo real –que le permitirá tomar decisiones financieras (invertir o no, solicitar un crédito, replantear la política de precios…) con conocimiento y criterio. Sí, incluso aunque no sea un experto en contabilidad y finanzas. Sí, aunque se haya acercado con miedo a la parte de su negocio que tiene que ver con los “números”. Cuestiones como que la API de Unnax interprete por usted el cashflow de su negocio (haciendo un recuento de entradas y salidas de caja y realizando previsiones) le ayuda, por ejemplo, a no acometer una compra de maquinaria que, sin dicho análisis interpretativo, podría pensar que puede permitirse hacer. Otro punto interesante de BFM (que, además, se sincroniza con el resto de productos Unnax) simplifica las transacciones monetarias y, en general, toda la operativa financiera y contable. Sabiendo todo esto, ¡quién dijo miedo!
